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Detenidas en el inmueble -en plena producción de tabaco- diez personas por su presunta implicación en los delitos de pertenencia a organización criminal, contra la salud pública, contra la propiedad industrial y contrabando

Los agentes han intervenido 16 toneladas de tabaco picado, 6.421 cajetillas de cigarrillos -que reproducían sin permiso la imagen corporativa de varias marcas del sector tabacalero-, una ingente cantidad de materia prima -cartonaje, filtros de acetato y bobina de papel- y maquinaria avanzada

Para evitar cualquier tipo de sospechas sobre la actividad, la trama trasladaba a la fábrica a las cuadrillas de trabajadores a horas intempestivas y “a ciegas” -obligándoles a ponerse unas gafas con los cristales revestidos de una cinta opaca que impedía ver a través de las mismas, al objeto de que no supieran localizar el emplazamiento de la nave-

 

 

 

La Policía Nacional, en una operación conjunta con Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, ha desarticulado en una nave industrial, en Málaga, una organización criminal que gestionaba una fábrica de producción clandestina de tabaco. Los agentes han detenido dentro del inmueble -en plena producción- a diez personas por su presunta implicación en los delitos de pertenencia a organización criminal, contra la salud pública, contra la propiedad industrial y contrabando, y han intervenido 16 toneladas de tabaco picado, 6.421 cajetillas de cigarrillos -que reproducían sin permiso la imagen corporativa de varias marcas del sector-, una ingente cantidad de materia prima -cartonaje, filtros de acetato y bobina de papel- y una amplia logística con maquinaria avanzada, entre otros efectos.

Férreo control sobre los mozos de producción

Para evitar cualquier tipo de sospechas sobre la actividad que se llevaba a cabo en la fábrica, la trama trasladaba en camión hasta el lugar a cuadrillas de trabajadores a horas intempestivas y “a ciegas” -obligándoles a ponerse unas gafas con los cristales revestidos de una cinta opaca que impedía ver a través de las mismas, al fin de que no supieran localizar el emplazamiento exacto de la nave-. El férreo control sobre los empleados del taller también suponía la privación de sus teléfonos móviles, disponiendo la red, además, de cámaras de vigilancia en el exterior del inmueble.

La operación Búnker se inició a partir de unas informaciones recibidas por agentes del Grupo de Crimen Organizado de la Comisaría de Torremolinos-Benalmádena sobre una actividad, al parecer ilícita, que se estaría llevando a cabo en una nave sin aparente actividad comercial -no disponía siquiera de rótulo en la fachada-, en un polígono industrial en Málaga capital.

Según las primeras indagaciones, los investigadores corroboraron que en el inmueble se realizaban trabajos con maquinaria industrial -debido al sonido emitido desde el interior-, y que hasta allí se producía la entrada sigilosa de personas en camiones de grandes dimensiones.

Es así como el pasado lunes, día 7 de noviembre, los investigadores llevaron a cabo una entrada y registro en la nave, con la autorización de la autoridad judicial, descubriendo en el interior una fábrica de producción clandestina de tabaco. Debido a la naturaleza delincuencial detectada dentro del inmueble se contactó con la Unidad Combinada de Vigilancia Aduanera, que a partir de ese momento pasó a investigar los hechos conjuntamente con la Policía Nacional.

En el interior de la nave fueron detenidos ‘in fraganti’ nueve mozos en plena producción de tabaco. Además, se detuvo a una décima persona, un capataz que realizaría funciones de control sobre los anteriores y que también sería el encargado de trasladarlos en camiones y furgonetas hasta la fábrica, siéndole atribuido un delito contra el derecho de los trabajadores.

Tabaco a granel, oculto y sin declarar desde Bulgaria a España

Entre las principales actividades que llevaba a cabo la organización criminal desmantelada en Málaga estarían el transporte de tabaco a granel, oculto y sin declarar, desde Bulgaria a España, en camiones; la utilización de naves en territorio español para el almacenaje del tabaco a granel y el montaje de fábricas dedicadas a la producción de cigarrillos; la distribución de cajetillas de tabaco, principalmente, con destino al Reino Unido; y el transporte desde Bulgaria de la maquinaria necesaria.

En cuanto al proceso de fabricación, una vez recibido el tabaco picado -sin ningún tipo de garantía higiénica-, la picadura se llevaba a una maquinaria que envolvía los cigarrillos en tiradas de miles. En un paso posterior de producción, las cajetillas se almacenaban en palés de cartulinas, donde se representaban marcas y variantes, según demanda y mercado, incluidos textos en el idioma del país de destino. Finalmente, las cajetillas, dobladas adecuadamente, se rellenaban con una veintena de cigarrillos con su preceptivo papel de plata y precinto, siendo trasladadas a un almacén o punto intermedio previo a su destino final, generalmente Reino Unido.

Como balance de la operación Búnker, además de las detenciones practicadas, los agentes intervinieron en la fábrica de producción clandestina de tabaco, en Málaga, 16 toneladas de tabaco picado; 6.421 cajetillas de cigarrillos; 15 cajas de cigarrillos defectuosos; 15 cajas de cartonaje de diferentes marcas; 14 palés de filtros de acetato; dos palés de bobina de papel; entre otros efectos.

De los hechos conoce el Juzgado de Instrucción número 10 de Málaga.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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