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Efectivos de la Policía Local de Málaga han detenido a un individuo de 50 años de edad, natural de Madrid y vecino de Málaga, como presunto autor de un delito contra la intimidad y el derecho a la propia imagen.

 

 

Los hechos comenzaron sobre las 15:47 horas del jueves 26 de junio, cuando una llamada realizada a la Sala 092 de la Policía Local de Málaga alertaba de que un individuo estaba dirigiendo una cámara oculta hacia mujeres, algunas de ellas con apariencia de ser menores de edad, que se encontraban en bikini tomando el sol en la playa de la Malagueta, lo que había provocado una discusión entre la requirente y el mismo, tras recriminarle su actitud.

A raíz de dicha denuncia, una pareja de policías locales que prestaba servicio de paisano comenzó a dar una batida por la zona, localizando casi dos horas más tarde, sobre las 17:30 horas, en el paseo marítimo Matías Prats a un hombre que coincidía plenamente con las características aportadas por la requirente, a excepción de la prenda superior, que se había cambiado, ya que iba preparado con otra prenda para hacerlo.

Los policías locales comenzaron un sigiloso seguimiento, percatándose con claridad de cómo el individuo se adentraba en la zona de playa, concretamente donde se encuentran las zonas de césped y palmeras, ubicando su mochila cuidadosamente en dirección hacía un grupo de mujeres que tomaban el sol en bikini, tras lo que, pasados unos minutos, reubicaba su mochila en dirección hacia otro grupo de mujeres que se encontraban igualmente tumbadas en el lugar.

Ante las evidencias de que parecía estar grabando a mujeres en bikini sin su consentimiento, los policías locales se identificaron mediante sus placas emblemas y carnés profesionales, procediendo a identificarlo, manifestando su filiación verbalmente ya que decía encontrarse indocumentado, reconociendo, a preguntas de los agentes, que anteriormente había tenido un altercado con una mujer a causa de sus grabaciones.

Los policías locales comprobaron que portaba una cámara de vídeo, cuyo objetivo estaba recubierto en parte con cinta aislante negra para disimular las grabaciones, así como una pequeña mochila a la que le había practicado un agujero que coincidía plenamente con el objetivo de otra cámara, en esta caso una cámara de acción tipo GoPro, con el fin de poder grabar sin necesidad de sacar el dispositivo.

Igualmente le localizaron cinco tarjetas de memoria y un teléfono móvil, en el cual, tal y cómo voluntariamente les mostró el propio individuo, había numerosos archivos de vídeo en los que, al parecer, tenía grabaciones de las partes íntimas de pacientes de una clínica ginecológica, tratándose en algunos casos de vaginoplastias, con el agravante de que se encontraban en la carpeta correspondiente a una conocida aplicación de mensajería instantánea, lo que, en principio, apuntaba a que dichas imágenes podrían habían sido compartidas.

Por tanto, si bien parece que el material se obtuvo con el consentimiento de las afectadas para uso exclusivamente profesional, el individuo podría haberse valido de su condición de empleado de la clínica en tareas administrativas para acceder al mismo sin el consentimiento de las afectadas, a falta de esclarecer si pudo contar para ello con la colaboración o negligencia en la custodia de las imágenes por parte de algún otro empleado del centro, pudiendo vulnerar con ello la intimidad personal y generar un menoscabo a las clientas e incurrir en un presunto hecho delictivo, por lo que los policías locales procedieron a su detención y traslado a dependencias policiales, donde también fueron entregados los dispositivos de grabación y las tarjetas de memoria, tras ser intervenidos y precintados.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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