Efectivos de la Policía Local de Málaga han interceptado un minibús modificado y reconvertido en una especie de disco con ruedas en cuyo interior había un grupo de jóvenes viajando de pie, bailando y bebiendo, con el consiguiente peligro motivado por encontrarse el vehículo en marcha, además de incumpliendo las medidas preventivas frente al COVID-19.
Los hechos tuvieron lugar pasada la medianoche del jueves al viernes 14 de enero cuando los policías locales se encontraban patrullando por la avenida Manuel Agustín Heredia, observando como circulaba por allí un vehículo minibús, de color rosa, que llamó la atención de los agentes, ya que tenía apariencia de disco, con sistema de luces y numerosas personas bailando y bebiendo de pie en el interior entre bastante humo ambiental, y sin hacer uso de mascarillas, siendo del todo imposible respetar la distancia de seguridad.
Ante tales irregularidades, los policías locales interceptaron la marcha del vehículo, que fue estacionado en un lugar seguro, identificando al conductor, un hombre de 48 años, y supervisando la documentación del minibús, pudiendo comprobar que carecía de seguro obligatorio, motivo por el que el vehículo sería posteriormente trasladado e inmovilizado en el depósito municipal.
Junto a otras dotaciones de la Policía Local de Málaga que acudieron en apoyo, los agentes identificaron a los ocupantes del microbús, comprobando que eran un total de once clientes que, según manifestaron, habían contratado el servicio a través de internet a una empresa de otra provincia andaluza, siendo informados de que iban a ser propuestos para sanción en acta de denuncia por incumplimiento de las medidas de prevención y contención aplicables en Andalucía frente al COVID-19.
Tras ello, los policías locales inspeccionaron el vehículo, comprobando que había sido modificado, presentando diversas anomalías e irregularidades por las que la empresa propietaria fue denunciada, entre ellas que tanto las neveras en las que se transportaban las bebidas, como los vasos y botellas apoyados en una especie de barra no contaban con ningún tipo de sistema de sujeción, lo que podría provocar una situación de riesgo ante una posible maniobra brusca por parte del conductor.
Además, los policías locales comprobaron que había un sistema de ventiladores en el suelo del minibús por los que salía humo que provenía de una máquina instalada en el maletero para crear un ambiente similar al de las salas de fiesta, con el agravante de que ese humo también afectaba al propio conductor, lo que podría hacer que viese reducida su visibilidad.
Por otro lado, el sistema eléctrico, tanto en lo referente a las luces led como a la máquina de humo, incumplía las medidas de seguridad y protección, habiendo sido montado de forma artesanal, habiendo sido también bloqueada o anulada la ventana o trampilla de emergencia ubicada en el techo, lo que impedía su apertura.
Posteriormente, tras indagar sobre la empresa, los policías locales pudieron conocer que la capacidad máxima que ofertaba para el minibús era de 19 plazas, incluyendo en el servicio un mínimo de dos botellas de vino o cava, e incluso varios refrescos para niños, además de ofrecer la posibilidad de incluir otras botellas de licor acompañadas de refrescos.